Paradigma: Revista de Investigación Educativa | Volumen 32 (2025) | Número 53 | p. 77-96

PARADIGMA

Revista de Investigación Educativa

Percepciones de impacto del programa “Jóvenes a la U” de la Alcaldía de Bogotá en la Universidad Corporación Universitaria Minuto de Dios, Colombia

Perceptions of the impact of the Bogotá Mayor's Office's "Jóvenes a la U" program on the Minuto de Dios University Corporation, Colombia

 

 _a,*Daniela Pérez Rueda

_a daniela.perez-r@uniminuto.edu.co. Corporación Universitaria Minuto de Dios, Colombia. https://orcid.org/0009-0002-0035-8750

 

*Autor para correspondencia

https://doi.org/10.5377/paradigma.v32i53.20556

Recibido: 20 de febrero de 2025 | Aceptado: 13 de junio de 2025

Disponible en línea: junio de 2025

Creative Commons License

Artículo de la revista Paradigma: Revista de Investigación Educativa de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, Honduras. Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 (CC BY-NC-ND 4.0).

ISSN 1817-4221 | EISSN 2664-5033

Correo electrónico: paradigma@upnfm.edu.hn

 

Resumen

Este estudio transversal descriptivo evalúa el alcance social del programa "Jóvenes a la U" de la Alcaldía de Bogotá en la Corporación Universitaria Minuto de Dios, enfocándose en facilitar el acceso gratuito a la educación superior para jóvenes de bajos recursos. Se realizó una investigación mixta mediante encuesta estructurada aplicada a 633 beneficiarios seleccionados por muestreo aleatorio estratificado. Los datos cuantitativos se analizaron mediante estadística descriptiva y las respuestas cualitativas fueron categorizadas temáticamente. Los resultados revelaron que el 93.9% de los participantes, principalmente de estratos 1 y 2, no habrían accedido a educación universitaria sin este apoyo. El 95% reportaron cambios significativos en sus perspectivas y metas. Los participantes se concentraron en localidades periféricas de alta vulnerabilidad socioeconómica, experimentando mejoras en desarrollo personal y profesional. El programa alcanzó su máximo en 2023, beneficiando al 52% del total de participantes. Se identificaron áreas de mejora como servicios de acompañamiento académico más integrales y pagos más oportunos. "Jóvenes a la U" se posiciona como modelo efectivo de política pública que reduce barreras estructurales en el acceso a educación superior, transformando trayectorias de jóvenes de comunidades marginadas.

Palabras clave: acceso a la educación superior, equidad educativa, apoyo financiero, desarrollo personal y profesional, empoderamiento de jóvenes

 

Abstract

This descriptive cross-sectional study evaluates the social reach of the Bogotá Mayor's Office's "Jóvenes a la U" program at the Minuto de Dios University Corporation, focusing on facilitating free access to higher education for low-income youth. A mixed-methods research was conducted using a structured survey administered to 633 beneficiaries selected by stratified random sampling. Quantitative data were analyzed using descriptive statistics, and qualitative responses were categorized thematically. The results revealed that 93.9% of participants, primarily from strata 1 and 2, would not have accessed university education without this support. Ninety-five percent reported significant changes in their perspectives and goals. Participants were concentrated in peripheral locations with high socioeconomic vulnerability, experiencing improvements in personal and professional development. The program reached its peak in 2023, benefiting 52% of the total participants. Areas for improvement were identified, such as more comprehensive academic support services and more timely payments. "Jóvenes a la U" is positioned as an effective public policy model that reduces structural barriers to access to higher education, transforming the careers of young people from marginalized communities.

Keywords: access to higher education, educational equity, financial support, personal and professional development, youth empowerment

 

Introducción

La educación superior constituye un pilar fundamental para el desarrollo individual y colectivo de una sociedad, representando una herramienta estratégica de transformación social y económica. No obstante, persisten barreras significativas que limitan el acceso a este nivel educativo, especialmente para jóvenes provenientes de entornos socioeconómicos vulnerables. En este contexto complejo, surge el programa "Jóvenes a la U" de la Alcaldía de Bogotá como una iniciativa innovadora destinada a democratizar el acceso a la educación superior.

El programa "Jóvenes a la U" (Secretaría de Educación, 2021), implementado desde 2021 y actualmente activo, ofrece becas integrales a jóvenes bogotanos de estratos 1, 2 y 3 (clasificación socioeconómica colombiana que identifica a poblaciones de ingresos bajos y medio-bajos) para cursar estudios universitarios completos. Hasta la fecha, ha beneficiado a más de 25,000 estudiantes, cubriendo matrícula, apoyo de sostenimiento y acompañamiento psicosocial para garantizar su permanencia en el sistema educativo. Este programa se configura como una respuesta estructural para enfrentar las desigualdades educativas, ofreciendo no solo un apoyo financiero directo, sino también un acompañamiento integral para garantizar la permanencia y el éxito académico de los beneficiarios.

La presente investigación tiene como propósito analizar la percepción del impacto del programa "Jóvenes a la U" en la Universidad Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO), Colombia, evaluando su capacidad para transformar trayectorias individuales y contribuir a la movilidad social. A través de un estudio cuantitativo, se busca comprender el alcance y las implicaciones de esta política pública en la reducción de brechas educativas y el empoderamiento de jóvenes de comunidades históricamente marginadas.

La educación superior en Colombia enfrenta desafíos significativos en términos de acceso y equidad, particularmente en las zonas urbanas donde las brechas socioeconómicas son más pronunciadas (Ministerio de Educación Nacional, 2013). En Bogotá, esta problemática se manifiesta especialmente en las localidades periféricas, donde un alto porcentaje de jóvenes de estratos 1, 2 y 3 encuentran obstáculos considerables para acceder y permanecer en la educación superior, perpetuando así ciclos intergeneracionales de desigualdad y limitando las oportunidades de movilidad social.

En respuesta a esta situación, la Alcaldía de Bogotá implementó el programa "Jóvenes a la U", una iniciativa que busca democratizar el acceso a la educación superior en la ciudad. La Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO), como institución participante en este programa, ha experimentado un incremento significativo en la matrícula de estudiantes provenientes de sectores vulnerables, especialmente de localidades como Bosa, Ciudad Bolívar, Suba y Usme, que históricamente han presentado bajos índices de acceso a la educación superior.

Sin embargo, es fundamental evaluar el impacto real de este programa en la comunidad estudiantil de UNIMINUTO, considerando no solo aspectos cuantitativos como el número de beneficiarios y su distribución territorial, sino también elementos cualitativos como los cambios en las perspectivas de vida, el desarrollo personal y profesional, y las transformaciones en las dinámicas familiares y comunitarias de los participantes. Esta evaluación cobra especial relevancia considerando que el 94% de los beneficiarios indica que sin el programa no habría podido acceder a la educación superior.

Por lo tanto, esta investigación busca evaluar el impacto del programa "Jóvenes a la U" en la población estudiantil de UNIMINUTO, examinando las transformaciones socioeconómicas, educativas y personales que ha generado en sus beneficiarios. Este análisis resulta crucial para comprender la efectividad del programa, identificar áreas de mejora y determinar su potencial como modelo replicable para abordar las brechas de acceso a la educación superior en otros contextos urbanos similares. Además, permitirá evaluar si la iniciativa está cumpliendo su objetivo de ser un catalizador de movilidad social y desarrollo territorial en las zonas más vulnerables de Bogotá.

Objetivo general

Evaluar el alcance social multidimensional del programa "Jóvenes a la U" de la Alcaldía de Bogotá en los estudiantes beneficiarios de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, con el fin de determinar su eficacia en la promoción del acceso equitativo a la educación superior y el desarrollo integral de los jóvenes en un entorno académico y profesional.

Objetivos específicos

       Caracterizar el perfil socioeconómico y académico de los estudiantes de la Corporación Universitaria Minuto de Dios que se han beneficiado del programa "Jóvenes a la U".

       Examinar la percepción de los beneficiarios sobre el impacto del programa en su situación económica, calidad de vida y perspectivas de futuro.

       Determinar la contribución del programa "Jóvenes a la U" en el desarrollo personal y profesional de los beneficiarios.

 

Discusión teórica

El acceso a la educación superior representa uno de los pilares fundamentales para el desarrollo socioeconómico y la reducción de las desigualdades en la sociedad contemporánea. Según Vieira do Nascimento et al. (2022), el período comprendido entre 2000 y 2018 evidenció un incremento significativo en las tasas de acceso a educación superior a nivel global, aunque con marcadas diferencias entre regiones, géneros y grupos socioeconómicos. Este fenómeno ha puesto de manifiesto la necesidad de implementar políticas más efectivas para garantizar la equidad educativa, especialmente en países en desarrollo donde las barreras económicas y sociales continúan siendo obstáculos significativos.

Diversos estudios han demostrado que la educación terciaria no solo incrementa el capital humano de los países, sino que también fortalece la movilidad social, reduce la pobreza y mejora la participación ciudadana (Altbach et al., 2009; Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OECD], 2021).

La expansión del acceso a la educación superior ha sido una tendencia global en las últimas décadas, aunque persisten brechas significativas entre regiones, géneros y grupos socioeconómicos. En América Latina, por ejemplo, aunque el número de matriculados ha crecido, las desigualdades estructurales continúan limitando las oportunidades de grupos históricamente excluidos (Brunner y Ferrada Hurtado, 2011).

El apoyo financiero emerge como un factor determinante en la democratización de la educación superior, particularmente para estudiantes provenientes de contextos vulnerables. Los autores Vieira do Nascimento et al. (2022) señalan que las iniciativas gubernamentales e institucionales orientadas a proporcionar recursos económicos han demostrado ser cruciales para expandir las oportunidades educativas. Este apoyo no solo facilita el acceso inicial a la educación superior, sino que también contribuye significativamente a la permanencia y culminación exitosa de los estudios, factores esenciales para el desarrollo personal y profesional de los jóvenes beneficiarios. La permanencia y culminación de los estudios se asocian directamente con mejores condiciones de empleabilidad, mayores ingresos y una mayor participación en la vida cívica (OECD, 2021).

El empoderamiento de jóvenes a través de la educación superior se materializa en múltiples dimensiones. Vieira do Nascimento et al. (2022) destacan cómo el acceso a la educación terciaria no solo mejora las perspectivas laborales y económicas, sino que también fomenta el desarrollo de habilidades críticas, capacidad de liderazgo y consciencia social. Este proceso de empoderamiento se ve potenciado por la expansión de modalidades educativas flexibles, como la educación a distancia, que han contribuido a superar barreras geográficas y temporales, permitiendo que más jóvenes accedan a oportunidades educativas.

Las instituciones de educación superior juegan un papel fundamental en la promoción de la equidad educativa a través de sus políticas y prácticas de admisión. Se revela que las instituciones que han adoptado enfoques más inclusivos y flexibles en sus procesos de admisión, combinados con programas de apoyo integral, han logrado mejores resultados en términos de acceso y retención estudiantil. Esta transformación institucional refleja un compromiso creciente con el desarrollo personal y profesional de sus estudiantes, reconociendo que la educación superior debe adaptarse a las necesidades y realidades de una población estudiantil cada vez más diversa.

La intersección entre el desarrollo económico nacional y el acceso a la educación superior emerge como un factor crucial en el análisis. Vieira do Nascimento et al. (2022) señalan que el crecimiento de la clase media y sus aspiraciones educativas han impulsado la expansión del sector educativo superior, tanto público como privado. Sin embargo, este crecimiento debe ir acompañado de políticas que garanticen la equidad educativa, asegurando que el apoyo financiero y los recursos institucionales lleguen efectivamente a quienes más los necesitan, promoviendo así un verdadero empoderamiento de jóvenes de todos los sectores sociales.

Finalmente, es importante destacar que el acceso equitativo a la educación superior tiene implicaciones directas en el desarrollo económico nacional. A medida que crece la clase media, también aumentan las aspiraciones educativas y la presión sobre los sistemas de educación superior (Marginson, 2016). Sin embargo, este crecimiento debe ir acompañado de políticas públicas que aseguren la distribución equitativa de los recursos y oportunidades. Solo así se podrá lograr una expansión educativa que beneficie realmente a todos los sectores sociales, promoviendo un verdadero empoderamiento juvenil y un desarrollo inclusivo.

 

Métodos y materiales

La presente investigación adoptó un enfoque cuantitativo y cualitativo basado en una encuesta estructurada como principal herramienta de recolección de datos. Esta metodología permitió obtener información estandarizada y susceptible de análisis estadístico, con el fin de medir y evaluar el impacto del programa "Jóvenes a la U" en los beneficiarios de la Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO).

La encuesta fue diseñada con preguntas cerradas con opciones de respuesta predefinidas, que permitieron recopilar datos cuantitativos sobre características demográficas, percepciones y niveles de satisfacción de los beneficiarios. El cuestionario incluyó también algunas preguntas abiertas cuyas respuestas fueron posteriormente categorizadas y cuantificadas para su análisis estadístico.

La población objetivo estuvo conformada por aproximadamente 37.000 estudiantes beneficiarios del programa "Jóvenes a la U" en la Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO). Se obtuvo una muestra de 633 estudiantes seleccionada mediante muestreo aleatorio estratificado, considerando las siguientes variables de estratificación: edad, género, localidad de residencia, estrato socioeconómico y año de ingreso al programa, con el fin de garantizar la diversidad y representatividad de los participantes.

Como parte del proceso ético de la investigación, el consentimiento informado de los participantes fue obtenido mediante una pregunta específica incluida en el cuestionario, donde los estudiantes confirmaron voluntariamente su participación en el estudio. Se garantizó el anonimato y la confidencialidad de los datos recolectados.

Una vez recolectados los datos, se procedió a su tabulación utilizando Microsoft Excel. Se realizó un análisis de frecuencias para todas las respuestas, calculando las medidas de tendencia central y distribución de frecuencias correspondientes. Las respuestas de las preguntas abiertas fueron categorizadas temáticamente (por ejemplo: "Agradecimiento", "Comentarios positivos", "Sugerencias de mejora", “Problemas de logística”, etc.) y posteriormente cuantificadas mediante el conteo de frecuencias para su inclusión en el análisis estadístico descriptivo.

 

Resultados

Características sociodemográficas de los participantes

Los resultados de la encuesta revelan una marcada concentración de beneficiarios en el rango de edad de 18 a 25 años, representando el 83% de la población estudiada con 526 estudiantes, mientras que el 17% restante corresponde a 107 estudiantes entre 26 y 30 años (ver Figura 1). Esta distribución etaria refleja la efectividad del programa para alcanzar su población objetivo primaria: los jóvenes que se encuentran en la transición entre la educación media y superior, periodo crítico para el acceso a oportunidades educativas.

Esta tendencia se alinea con los hallazgos de Gracia Cabrera (2015), donde se evidencia que el rango de 18-25 años constituye la ventana de oportunidad más significativa para el ingreso a la educación superior, siendo este periodo donde los jóvenes enfrentan las barreras más críticas para acceder a estudios universitarios. La predominancia de este grupo etario en el programa "Jóvenes a la U" sugiere una adecuada focalización de los recursos y esfuerzos institucionales.

Por otro lado, la presencia de un 17% de beneficiarios entre 26 y 30 años demuestra la capacidad del programa para atender también a una población que, por diversas circunstancias, no pudo acceder inmediatamente a la educación superior después de completar sus estudios secundarios. Este dato coincide con las observaciones de Chandia Godoy (2021), donde señala la creciente importancia de ofrecer oportunidades educativas a jóvenes adultos que buscan retomar o iniciar sus estudios superiores en una etapa posterior de sus vidas.

Figura 1

Rango de edad

 

Distribución geográfica

La distribución territorial de los beneficiarios del programa "Jóvenes a la U" en UNIMINUTO revela patrones significativos que merecen un análisis detallado. Los datos muestran una marcada concentración en localidades periféricas de Bogotá, donde Bosa (91 beneficiarios), Ciudad Bolívar (90), Suba (89) y Usme (72) emergen como las zonas con mayor participación, representando en conjunto cerca del 52% del total de beneficiarios (ver Figura 2). Esta concentración no es casual; estas localidades se caracterizan por albergar poblaciones en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica y presentar las mayores brechas en el acceso a educación superior.

Un segundo grupo significativo lo conforman las localidades de Engativá (69) y Kennedy (64), que juntas representan aproximadamente el 20% de los beneficiarios. Mejía Molina y Montoya García (2022), deducen que la población de estratos medios y medios-bajos presenta alta demanda de educación superior, pero con limitaciones económicas para acceder a ella. La significativa presencia del programa en estas localidades sugiere una respuesta efectiva a las necesidades de sectores poblacionales que, aun teniendo aspiraciones de educación superior, enfrentan barreras económicas considerables.

Las localidades como San Cristóbal (39) y Rafael Uribe Uribe (29) conforman un tercer grupo con participación media, mientras que zonas como Antonio Nariño (4), Santa Fe (4) y Teusaquillo (1) muestran una participación notablemente menor. Se reflejan tanto los patrones de segregación socioespacial de la ciudad como la efectividad del programa para llegar a las zonas donde la necesidad de apoyo para acceso a educación superior es más apremiante.

Figura 2

Localidad de residencia

 

La distribución de los beneficiarios del programa "Jóvenes a la U" en UNIMINUTO según su estrato socioeconómico revela un patrón que merece un análisis profundo. Los datos muestran que el 54% (344 estudiantes) pertenece al estrato 2, el 27% (171 estudiantes) al estrato 1, y el 19% (118 estudiantes) al estrato 3, evidenciando una clara focalización hacia poblaciones de menores ingresos (ver Figura 3).

Figura 3

Estrato socioeconómico

 

Como señala Celin Giraldo (2020), el acceso a la educación superior en Colombia continúa siendo profundamente desigual, con una brecha significativa determinada por el estrato socioeconómico, donde los estratos 1 y 2 enfrentan las mayores barreras de acceso y permanencia. Esta observación se refleja claramente en la distribución encontrada, donde el 81% de los beneficiarios provienen precisamente de estos estratos, sugiriendo que el programa está cumpliendo efectivamente su objetivo de democratización del acceso a la educación superior.

Mejía Molina y Montoya García (2022) profundizan en que las trayectorias educativas de los jóvenes de estratos 1 y 2 están marcadas por múltiples obstáculos que van más allá de lo económico, incluyendo el capital cultural heredado, el acceso a información sobre oportunidades educativas y las redes de apoyo disponibles. Los programas de apoyo financiero son cruciales, pero deben complementarse con estrategias de acompañamiento integral.

La presencia de un 19% de beneficiarios del estrato 3 también merece atención. Celin Giraldo (2020) infiere que la vulnerabilidad económica en el acceso a educación superior no es exclusiva de los estratos más bajos; los hogares de estrato 3 también experimentan dificultades significativas para financiar estudios universitarios, especialmente en contextos de crisis y reducción económica del poder adquisitivo. Esta observación justifica la inclusión de este segmento en el programa, manteniendo un equilibrio entre focalización y cobertura.

Impacto del programa en el acceso educativo

La distribución temporal de los beneficiarios del programa "Jóvenes a la U" en UNIMINUTO revela una clara evolución y expansión progresiva del programa. Los datos presentados en la Figura 4 muestran una tendencia creciente desde su implementación, con un punto máximo en 2023, distribuido así: 2020 (2%, 11 estudiantes), 2021 (6%, 39 estudiantes), 2022 (24%, 152 estudiantes), 2023 (52%, 332 estudiantes) y 2024 (16%, 99 estudiantes).

Figura 4

Año de ingreso

 

Como señala Gutiérrez Ladino (2024) en su análisis sobre la educación superior en Colombia, la implementación efectiva de programas de acceso a educación superior requiere un período de maduración y ajuste, donde el crecimiento exponencial en la cobertura suele ocurrir después del segundo o tercer año de operación. Esta observación se refleja claramente en el incremento significativo de beneficiarios entre 2022 y 2023, que marca el período de consolidación del programa.

Los programas de acceso a educación superior en contextos urbanos tienden a mostrar tres fases distintivas: una fase inicial de implementación con cobertura limitada, una fase de expansión rápida cuando se optimizan los procesos de selección y asignación, y una fase de estabilización donde se alcanza la capacidad operativa óptima.

El notable incremento en la participación durante 2023, que representa más de la mitad de los beneficiarios totales, la consolidación de las políticas de acceso a educación superior suele manifestarse en un pico de cobertura que refleja tanto la madurez del programa como la creciente confianza de la población objetivo en su efectividad. Este fenómeno se evidencia en el salto significativo de beneficiarios entre 2022 y 2023.

El potencial acceso a la educación superior sin el programa "Jóvenes a la U" revelan un panorama contundente y significativo. Los datos muestran que 363 estudiantes (57%) indicaron que "definitivamente no" habrían podido acceder a la educación superior sin el programa, mientras que 232 (37%) señalaron que "probablemente no" lo habrían logrado. En contraste, solo 30 estudiantes (5%) consideraron que "probablemente sí" habrían accedido y apenas 8 (1%) afirmaron que "definitivamente sí" lo habrían conseguido (ver Figura 5). Esta distribución de respuestas evidencia el papel crucial del programa en la democratización del acceso a la educación superior.

Como señala Celin Giraldo (2020) en su investigación sobre barreras de acceso a la educación superior, las limitaciones económicas constituyen el principal obstáculo para el acceso a la educación superior en Colombia, donde más del 80% de los jóvenes de estratos 1 y 2 manifiestan que, sin apoyo financiero directo, la continuación de estudios superiores resulta prácticamente imposible.

Esta realidad se refleja de manera contundente en los resultados, donde el 93.9% de los encuestados indica que sus posibilidades de acceso sin el programa eran nulas o muy limitadas. Este alto porcentaje sugiere que el programa no solo está facilitando el acceso a la educación superior, sino que está transformando principalmente las trayectorias de vida de una generación de jóvenes que, de otro modo, verían truncadas sus aspiraciones educativas.

El bajo porcentaje de estudiantes que consideraron posible el acceso sin el programa (6%) también merece un análisis detallado. Mayorga Henao y Ortiz Véliz (2020) señalan que la implementación de programas de apoyo financiero integral ha demostrado ser un factor determinante en la transformación de las expectativas educativas de los jóvenes de sectores vulnerables. El alto porcentaje de estudiantes que consideran imposible el acceso sin estos programas evidencia tanto la efectividad de estas iniciativas como la persistencia de barreras estructurales en el sistema educativo.

Esta distribución de respuestas también refleja la efectividad del programa en términos de focalización. Como argumenta el Ministerio de Educación Nacional (2013) en su análisis sobre políticas de inclusión en educación superior se infiere que, el éxito de los programas de acceso a educación superior no solo se mide por el número de beneficiarios, sino por su capacidad para alcanzar precisamente a aquellos jóvenes para quienes la educación superior sería un sueño inalcanzable sin este tipo de apoyo. Cuando más del 90 % de los beneficiarios indica que no habría podido acceder sin el programa, esto sugiere una focalización altamente efectiva.

Figura 5

Acceso a educación superior sin el programa

 

Los resultados sobre la percepción del impacto del programa "Jóvenes a la U" revelan un panorama excepcionalmente positivo, con 502 estudiantes (79,8%) que califican el impacto como "Altamente Positivo" y 127 (20,2%) como "Positivo". La ausencia total de valoraciones negativas sugiere que el programa no solo está cumpliendo sus objetivos fundamentales, sino que está superando las expectativas de sus beneficiarios en términos de su impacto transformador (ver Figura 6).

Esta unanimidad en la valoración positiva del programa merece un análisis profundo desde múltiples dimensiones. En primer lugar, refleja que el diseño e implementación del programa está respondiendo efectivamente a las necesidades reales de los estudiantes. Como señalan Cañizares Galarza et al. (2023), cuando la totalidad de participantes reporta un impacto positivo, estamos ante evidencia de una transformación que trasciende lo meramente académico. Este impacto se materializa no solo en el acceso a la educación superior, sino en la transformación de perspectivas de vida, aspiraciones profesionales y dinámicas familiares.

La predominancia de valoraciones "Altamente Positivas" (79,8%) sugiere que el programa está generando un efecto multiplicador en las comunidades beneficiarias. Este impacto se extiende más allá del ámbito individual, creando referentes positivos en las comunidades y demostrando que la educación superior es una meta alcanzable con el apoyo adecuado. El programa no solo está abriendo puertas a la educación superior, sino que está reconfigurando las expectativas educativas en comunidades donde normalmente el acceso a la universidad se percibía como una posibilidad remota.

La consistencia en las valoraciones positivas también indica que el programa ha logrado establecer un ecosistema de apoyo integral. Esto sugiere que no solo se está atendiendo el aspecto financiero, sino que se están considerando las múltiples dimensiones que influyen en el éxito académico: acompañamiento psicosocial, apoyo académico, orientación profesional y creación de redes de apoyo entre estudiantes. Este enfoque holístico es fundamental para garantizar no solo el acceso sino también la permanencia y el éxito en la educación superior.

Figura 6

Impacto

 

La contribución más destacada del programa "Jóvenes a la U" ha sido brindar acceso a la educación superior, con 12 respuestas que resaltan este aspecto. Se enfatiza la importancia del acceso equitativo a la educación terciaria como un factor clave para la movilidad social y el desarrollo sostenible. Al facilitar el acceso a la educación superior para los jóvenes de entornos desfavorecidos, el programa está contribuyendo a reducir las desigualdades y promover el progreso social y económico. En este sentido, las respuestas de los encuestados que mencionan positivas (127 respuestas) y altamente positivo (502 respuestas) sugieren que el programa está teniendo un impacto positivo en el bienestar individual y colectivo, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de sus beneficiarios y brindándoles herramientas para su crecimiento personal y profesional.

Por lo tanto, al facilitar el acceso a la educación superior, el programa "Jóvenes a la U" está empoderando a sus beneficiarios y promoviendo su desarrollo humano integral, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en sus comunidades y en la sociedad en general.

Figura 7

Contribución del programa

 

Los aportes específicos del programa “Jóvenes a la U” revelan un impacto multidimensional en la vida de sus beneficiarios. Los resultados presentados en la Figura 7 muestran que el principal aporte identificado es el acceso a la educación superior con 204 respuestas, seguido del desarrollo personal/profesional con 159 menciones y la mejora en la calidad de vida con 156 respuestas. En menor medida, pero igualmente significativas, se encuentran las mejoras en la situación económica (59 respuestas) y las oportunidades laborales (55 respuestas).

Cambios en perspectivas y metas

Esta distribución de percepciones refleja el carácter integral del impacto del programa. El predominio del acceso a la educación superior como principal aporte reafirma el objetivo fundamental del programa, pero va más allá de ello al revelar cómo dicho acceso cataliza una serie de transformaciones en diferentes áreas de la vida de los beneficiarios. La valoración significativa del desarrollo personal/profesional y la calidad de vida como los segundos aportes más importantes sugiere que el programa está generando un impacto que trasciende lo meramente académico.

La interrelación entre las diferentes dimensiones de contribución implica que el programa está generando lo que se ha descrito como un "círculo virtuoso de desarrollo", donde el acceso a la educación superior activa múltiples palancas de desarrollo, mejorando las perspectivas económicas, ampliando las redes sociales y profesionales, aumentando la autoestima y la capacidad de acción personal y reconfigurando fundamentalmente las expectativas de vida.

Los cambios de perspectivas a raíz del programa Jóvenes a la U indican un impacto positivo significativo. Los datos muestran que 388 estudiantes (61%) reportaron que sus metas han mejorado, mientras que 217 (34%) manifestaron que sus metas han cambiado (ver Figura 8). Esto sugiere que el programa no solo ha ampliado los horizontes educativos y profesionales de los participantes, sino que también ha provocado una profunda transformación en sus mentalidades y aspiraciones.

Figura 8

Cambios en perspectivas

 

Además, los datos revelan que solo 17 estudiantes (3%) afirmaron que sus metas no han cambiado, y solo 11 (2%) manifestaron sentirse inseguros sobre su futuro. Esta mínima proporción de respuestas negativas o neutrales sugiere un cambio positivo casi universal en las perspectivas y aspiraciones de los beneficiarios del programa. Martínez Garrido y Márquez Ortiz (2024) infieren que cuando el acceso a los programas de educación superior genera una sensación tan generalizada de empoderamiento y optimismo sobre el futuro, es una clara indicación de su capacidad para interrumpir los ciclos de desigualdad educativa y social. La combinación de metas mejoradas, metas cambiadas y la abrumadora mayoría de respuestas positivas subraya el profundo impacto del programa "Jóvenes a la U" en la mentalidad y trayectorias de vida de sus participantes. Esta transformación va más allá del apoyo académico y financiero inmediato, ya que el programa parece estar fomentando un cambio fundamental en la forma en que los beneficiarios perciben su propio potencial y las oportunidades disponibles para ellos.

Evaluación del programa y áreas de mejora

Figura 9

Cubrimiento económico

 

La cobertura económica que brinda el programa “Jóvenes a la U” indica un nivel significativo de apoyo financiero a los estudiantes participantes. Los resultados muestran que 358 estudiantes (56.7%) reportaron que el programa ha cubierto algunos de sus gastos, mientras que 172 (27.3%) manifestaron que ha cubierto la mayoría de sus costos. Adicionalmente, 33 estudiantes (5.2%) indicaron que el programa ha cubierto la totalidad de sus gastos (ver Figura 9).

Esta distribución sugiere que la ayuda financiera ofrecida a través del programa está desempeñando un papel crucial para permitir el acceso a la educación superior a un número sustancial de estudiantes. Como encontraron Barbosa Camargo et al. (2023) en su estudio sobre el impacto de los programas de ayuda financiera, se deduce que la cobertura integral de los gastos educativos es un factor clave para superar las barreras socioeconómicas para la matriculación universitaria, en particular para los estudiantes de bajos ingresos.

El hallazgo de que más del 80% de los participantes informaron que el programa cubría al menos una parte de sus costos coincide con la investigación que destaca la importancia del apoyo financiero para el acceso y la retención en la educación superior. Hoyos Pontón y Villarraga Orjuela (2023) interpretan que los programas que brindan asistencia financiera directa, ya sea a través de becas, subsidios o apoyo para el costo de vida, han demostrado el mayor impacto en la facilitación del acceso equitativo a los estudios de nivel universitario.

Si bien 70 estudiantes (11,1%) indicaron que el programa no ha cubierto completamente sus gastos, esta proporción relativamente pequeña sugiere que el programa está apuntando y apoyando de manera efectiva a quienes tienen mayores necesidades financieras. La ayuda financiera con servicios integrales de apoyo académico y social es crucial para garantizar que los estudiantes de entornos desfavorecidos no solo puedan acceder, sino también completar con éxito sus estudios de educación superior.

En general, los datos sobre la cobertura económica resaltan la importante contribución del programa para abordar las barreras financieras que a menudo dificultan el acceso a la educación superior, en particular para los estudiantes de comunidades de bajos ingresos.

Se indica una amplia gama de perspectivas de los beneficiarios del programa (ver Figura 10). En el lado positivo, 126 estudiantes expresaron su gratitud y reconocieron que el programa les brinda un apoyo financiero fundamental que les permite acceder a la educación superior, aliviando una carga significativa para sus familias.

Sin embargo, algunos estudiantes también expresaron sus inquietudes. 26 encuestados hicieron comentarios negativos, sugiriendo que el salario mínimo que se les otorga es insuficiente para cubrir sus gastos personales. También hubo solicitudes de recibir los fondos al comienzo de cada semestre en lugar de al final, así como problemas con los pagos demorados o inconsistentes.

Además, 45 estudiantes aportaron sugerencias para mejorar, destacando la necesidad de contar con mejores servicios de apoyo académico y social para complementar la ayuda financiera. Algunos beneficiarios también señalaron que ser beneficiarios de una beca puede generar juicios o estigma por parte de sus compañeros.

Figura 10

Comentarios

 

Estas perspectivas mixtas sugieren que, si bien el programa “Jóvenes a la U” está teniendo un impacto transformador para muchos estudiantes, aún hay áreas que se pueden mejorar para garantizar un sistema de apoyo más integral y equitativo. Los programas de acceso exitosos deben abordar no solo las barreras financieras, sino también las necesidades académicas, sociales y psicológicas de los estudiantes para fomentar el éxito y el bienestar a largo plazo.

Los administradores del programa deben considerar cuidadosamente los comentarios constructivos proporcionados por los beneficiarios para identificar oportunidades para mejorar el modelo de ayuda financiera, agilizar los procesos de pago y fortalecer los servicios de apoyo generales que se ofrecen. Al abordar estas inquietudes, el programa puede avanzar hacia un enfoque más integral que empodere a los estudiantes y fomente un ambiente universitario inclusivo.

 

Conclusiones

El programa "Jóvenes a la U" de la Alcaldía de Bogotá ha demostrado ser un instrumento fundamental para democratizar el acceso a la educación superior en la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Los resultados revelan que el 93.9% de los beneficiarios habrían tenido serias dificultades para ingresar a la universidad sin este apoyo, concentrándose principalmente en jóvenes de estratos 1 y 2 de localidades periféricas de Bogotá con altos índices de vulnerabilidad socioeconómica.

La investigación evidencia un impacto transformador que va más allá del apoyo económico. El 95% de los estudiantes reportaron cambios significativos en sus perspectivas y metas, manifestando una mejora sustancial en sus expectativas de desarrollo personal y profesional. El programa no solo facilita el acceso a la educación superior, sino que reconfigura principalmente las trayectorias de vida de los jóvenes, ofreciéndoles herramientas para la movilidad social y el desarrollo integral.

Sin embargo, los hallazgos también señalan áreas de mejora. Algunos beneficiarios manifiestan preocupaciones específicas: retrasos frecuentes en los pagos de matrícula que generan incertidumbre y estrés financiero, y una demanda generalizada de cubrir el 100% de los costos educativos en lugar del 50% actual. Muchos estudiantes argumentan que los recursos limitados dificultan su permanencia en la universidad, especialmente considerando sus condiciones socioeconómicas precarias. Estos beneficiarios sugieren que, para maximizar su impacto, el programa debe evolucionar hacia un modelo de apoyo más integral que considere las necesidades financieras completas de los estudiantes.

Además, algunos participantes resaltaron la necesidad de servicios de acompañamiento académico más robustos, que no solo se limitan al apoyo económico, sino que incluyen tutoría, orientación vocacional y estrategias de retención universitaria.

En conclusión, "Jóvenes a la U" representa un modelo prometedor de política pública que está contribuyendo significativamente a reducir las barreras estructurales de acceso a la educación superior, transformando no solo trayectorias individuales, sino potencialmente el tejido social de comunidades históricamente marginadas. No obstante, para consolidar su éxito, es fundamental atender las demandas de los beneficiarios respecto a la cobertura total de matrículas y la regularidad de los desembolsos

 

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